En el mundo actual, acelerado e impulsado por la conveniencia, la mayoría de los consumidores no se toman el tiempo para leer las etiquetas de los productos. La mayoría de los compradores terminan comprando productos que creen que son saludables sin ver realmente lo que hay en el paquete. Tomarse el tiempo para leer las etiquetas de los productos le ayuda a tomar decisiones informadas sobre lo que ingiere. La próxima vez que vaya al supermercado, tómese un momento para leer las etiquetas de los productos y elegir alimentos con menos ingredientes y más naturales. Esta guía le ayudará a decodificar el lenguaje utilizado en las etiquetas de los productos y a tomar decisiones más saludables.
Comience con la Lista de Ingredientes.
El primer paso para leer la etiqueta de un producto es leer la lista de ingredientes. Busque productos con pocos ingredientes y naturales. Evite productos que tengan ingredientes con nombres químicos largos que no comprenda. Además, tenga cuidado con los productos con azúcares añadidos, colorantes y sabores artificiales. Estos pueden tener un impacto negativo en su salud a largo plazo.
Cuidado con el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa
El JMAF puede describirse como el actor principal en la actual epidemia de obesidad. Ahora se puede encontrar en productos que ni siquiera imaginas que puedan necesitarse allí. A veces aparece como aditivo o a veces como edulcorante, siempre hay que buscarlo porque puede estar ahí. Puede aparecer como JMAF o, a veces, simplemente como jarabe de fructosa, pero es lo mismo.
Continuar buscando MSG
El Glutamato Monosódico se ha relacionado desde la década de 1990 con diferentes formas de cáncer; se prohibió en ciertas cantidades en productos en Europa desde principios de la década del 2000, pero todavía está permitido por la FDA porque no hay evidencia "conclusiva" de que cause cáncer en sí. No sé ustedes, pero yo no necesito esperar a los resultados “concluyentes” para sacarlo de mi despensa.
El color no siempre es divertido
Como se menciono anteriormente, esté muy alerta de los colorantes alimentarios. Realmente se deben evitar los colorantes alimentarios artificiales, pero tenga especialmente cuidados con los siguientes: Rojo #40: el colorante más comúnmente utilizado. Es también el que tiene los efectos secundarios adversos más comúnmente conocidos. Desde Hiperactividad en niños hasta Inflamación y Migrañas en adultos. Azul #1 y #2: prohibidos en Europa. Amarillo #5 y #6 - Riesgos de desarrollar tumores renales. Y la lista sigue y sigue… no es divertido.
Esté atento a los tamaños de las Porciones
El etiquetado de los productos a menudo brinda información nutricional basada en una sola porción. Sin embargo, es posible que el tamaño de la porción en el paquete no sea lo que usted considera una porción única. Asegúrese de verificar el tamaño de la porción y hacer ajustes si es necesario. Puede resultar útil utilizar una taza medidora o una báscula para alimentos para asegurarse de comer la porción correcta.
Compruebe si hay posibles alergias o intolerancias.
Si tienes alergias o intolerancias alimentarias, es fundamental leer la lista de ingredientes para asegurarse que el producto no contiene sustancias que puedan provocar reacciones alérgicas. Busque desencadenantes como gluten, lácteos, soya, nueces y huevos en la lista de ingredientes. Si eres intolerante al gluten, debes buscar productos que estén certificados como libres de gluten.
¿Debería preferir productos con el sello USDA Organic?
Aunque no garantiza que los productos sean saludables, los productos que tienen el sello USDA Organic significa que están hechos de materiales orgánicos. Los productos etiquetados como orgánicos deben estar libres de modificaciones genéticas, pesticidas químicos y fertilizantes. Por tanto, son más seguros de consumir que los convencionales. Sin embargo, asegúrese de tener en cuenta que los productos orgánicos generalmente son más caros que los no orgánicos.
Comprender la información nutricional
Las etiquetas de los productos muestran información nutricional, como calorías, proteínas, carbohidratos, colesterol y grasas. Sin embargo, es esencial comprender que la información nutricional se basa en el tamaño de la porción del producto. Al comparar dos productos, asegúrese de verificar los valores en los 100g para comparar el mismo tamaño de porción.