Vivir una vida más saludable no es sólo un propósito de Año Nuevo, debemos entender que nuestra salud es realmente lo más importante y sin ella nada más importa. Y aunque son frases que escuchamos mucho, las vemos por todas partes y nos las repiten los medios, hay que ser conscientes de su significado.
La importancia de una Vida Saludable
Queremos tener una vida más saludable, no vivir más, sino vivir el tiempo que tenemos, mejor. Para disfrutar de nuestra vida de la mejor manera posible, reducir enfermedades, malestares, gastos y tener más tiempo para estar con nuestros seres queridos. Vivir una vida saludable no sólo puede darnos más tiempo para vivir, sino que también puede brindarnos una mejor calidad de vida mientras estemos aquí.
Cambio hacia la Salud
No tenemos que cambiar nuestras vidas por completo para "convertirte" en una persona sana. No se trata de salir a correr diariamente o correr un maratón. No se trata de “no tomar más cerveza” o “comer sólo lechuga”. No tenemos que eliminar las cosas que nos gustan para estar más sanos, de hecho, no se trata de “convertir” o eliminar cosas de tu vida, sino de incorporar a nuestra vida cosas que nos ayuden a estar más sanos poco a poco. Y poco a poco también, decidir si hay cosas que merece la pena eliminar, para vivir mejor. Es una cuestión de elección. Son pequeñas decisiones que a la larga nos llevan a vivir una mejor calidad de vida.
El paso más importante es reconocer que queremos cambiar y empezar a hacer esos pequeños cambios, tomar esas pequeñas pero muy importantes decisiones y convencernos de llevarlas a cabo. ¿Pero por dónde empezar? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Qué no estamos haciendo?
Áreas de Enfoque
Aunque existen muchas teorías y sugerencias en torno a este tema, la gran mayoría de los expertos se centran en 3 áreas principales. Nutrición, Ejercicio o Movimiento y Estrés. Queremos tener mejor nutrición, más movimiento y menos estrés. Es así de simple y así de difícil al mismo tiempo.
Nutrición
En cuanto a nutrición se habla mucho y se contradicen aún más, pero hay cosas que nadie puede negar y estas son:
a) la necesidad de incorporar más frutas y verduras a nuestra dieta,
b) reducir el consumo de comida chatarra,
c) reducir la cantidad de carne roja,
d) reducir la cantidad de comida frita,
e) aumentar la cantidad de agua consumida por día y
f) reducir sustancialmente el consumo de azúcar y edulcorantes químicos.
Con estos pequeños cambios y reduciendo nuestras raciones para no “llenarnos”, podemos empezar.
Movimiento
Hablando de ejercicio, lo más importante es el movimiento. Haz algo, aunque sea poco, pero hazlo con frecuencia. Por ejemplo, caminar 30 minutos alrededor de nuestra cuadra al día es un buen comienzo. Y a medida que vayamos adquiriendo mejor condición física podremos aumentar la distancia y el tiempo, lo más importante es hacerlo con frecuencia. Aunque sea poco, pero diario.